El concepto de Agilidad se aplica, de manera extendida, en el desarrollo de software a nivel de equipo. Pero ¿cómo podemos trasladar los principios Ágiles por encima del nivel de equipo, alcanzando el nivel de programa y portfolio? Y sobre todo, ¿cómo podemos, al mismo tiempo, hacer frente al reto de no perder de vista al cliente, en favor de cuestiones de organización interna?
1. Hacia la Agilidad del negocio
Según la Agile Alliance, la agilidad empresarial se refiere a la capacidad de una organización para detectar cambios internos o externos y responder en consecuencia para entregar valor a sus clientes. La Agilidad empresarial, como la Agilidad en general, no es una metodología específica, ni tampoco un marco, se refiere a un enfoque, una manera diferente de hacer las cosas.
La Agilidad ha evolucionado, desde los equipos de desarrollo de software a los C-suite levels, ampliamente utilizado para referirse colectivamente a los ejecutivos senior más importante de una corporación. Si bien los primeros aspiraban a entregar más y mejor valor, los segundos han visto en la Agilidad el apoyo/enfoque perfecto para impulsar la capacidad de respuesta de las organizaciones.
En este contexto de paso hacia la Agilidad el negocio, muchas iniciativas de transformación Ágil ponen un énfasis excesivo en la efectividad operativa a expensas de centrarse en el cliente. Al respecto una práctica habitualmente observada es separar a las personas en squads, productos o servicios, y agruparlas en equipos altamente efectivos y autónomos.
Con estas medidas es habitual observar una ganancia en la velocidad de los equipos, que se trata sin embargo de una ganancia a corto plazo; por un tiempo los equipos ganan velocidad, pero no de forma sostenible. Además, con equipos altamente efectivos y autónomos se corre el riesgo de ofrecer un valor fragmentado. Y la velocidad de los equipos de poco sirve cuándo no es sostenible en el tiempo, o no sirve a un fin mayor que al del propio equipo.
Por ello, cuando una organización se plantea escalar la Agilidad a nivel de negocio es importante contar con un método que permita comprender profundamente a los clientes y cómo entregarles valor de manera constante. Así, un enfoque de abajo hacia arriba, descentralizado y principalmente centrado en las preocupaciones internas de la organización no contribuirá una agilidad empresarial sostenida.
2 La Agilidad del negocio con SAFe
SAFe es un marco de trabajo diseñado para escalar la Agilidad a nivel corporativo; define cómo llevar los principios ágiles por encima del nivel de equipo al nivel de programa y de portfolio.
Estructurado en cuatro niveles (equipo, programa, gran solución y portfolio), SAFe ofrece diferentes niveles de configuración que permiten su adopción en función de la situación de la organización; desde el nivel más bajo essential SAFe, hasta el nivel más alto Full SAFe. Para todas y cada una de las configuraciones SAFe establece los roles, responsabilidades, artefactos y actividades necesarias para implementar un enfoque Lean-Agile.
En SAFe se destaca la importancia del cliente, interno o externo, ya que es en última instancia el “comprador” de la solución. Es por ello que el cliente es parte integral del proceso de desarrollo y del flujo de valor, bien directamente o a través de algún representante. El cliente tiene responsabilidades específicas en SAFe, por ejemplo: asisten a la demostración de la solución, ayudar a evaluar el incremento de la solución, colaboran en la gestión del alcance, tiempo y demás restricciones, y ayudar a definir el Road Map, los hitos y las releases.